CLAVES PARA EL NEGOCIO DE FLORES

El negocio del cannabis legal

Me llamo Jordi Esteve y soy un español que en el año 2020 emigró a Ecuador para trabajar de manera totalmente legal en el cultivo de cannabis gracias a la buena regulación que tiene este país.

No se puede empezar un negocio de cannabis sin tener claro la viabilidad del proyecto. En el negocio del cannabis, existen tres puntos críticos: la genética, la venta y la legislación.

Antes de empezar un negocio en cannabis es indispensable tomar en cuenta la genética. Para producir flores de calidad se necesita una buena genética estabilizada. Típicamente, los bancos de semillas aseguran tener un híbrido perfecto, pero la realidad es que la mayoría no han tenido suficiente tiempo desde que se empezó el negocio del CBD para conseguir una genética legal, estable y de calidad. Por lo que, casi siempre fallará al menos una de estas tres variables. Este es un punto crítico, pero a pesar de ello, muchos empresarios lo pasan por alto al empezar sus negocios.

Producir flores de calidad no es complicado, lo difícil es encontrar una genética legal de alta calidad y una venta cerrada con un precio que haga al negocio rentable a medio plazo. El problema actual es que el mercado está saturado con mucho stock de flores sin vender y que las legislaciones complican la venta, ralentizando la crecida del mercado. Las leyes son buenas para la producción de flores, pero complicadas, confusas o inexistentes para su venta.

En los dos últimos años viviendo en Ecuador, he visto como gracias a las nuevas leyes que salieron en el país, las cuales despenalizaron la flor de cannabis con un contenido de delta-9-THC por debajo del 1%, los nuevos empresarios del sector se pusieron a cultivar motivados por los precios que salían por internet y el deseo de cultivar esta planta de manera totalmente legal.

Falta de mercado de flores de cannabis

Sin embargo, falta mercado que absorba la cantidad de flor CBD que se está produciendo. Aunque tengas producciones de flor en stock totalmente legales, la legislación limita a quién puedes vender. En el caso de Ecuador, una empresa con licencia de producción puede vender las flores como materia prima únicamente a otras empresas con licencia de producción o con licencia de procesar. Por el momento, hay pocas empresas que compren producciones para procesar, lo que ha llevado a que los empresarios busquen abrir mercado vendiendo flores CBD como uso ornamental.

La problemática de poseer flor CBD es que visualmente no tiene diferencia con la flor THC. Si la policía incauta una flor CBD, la cual es totalmente legal en Ecuador, directamente asumirán que es una flor THC porqué siempre ha sido así. Consecuentemente, el portador de flores CBD (legales) quedaría detenido y la flor pasaría por un laboratorio donde suelen identificar únicamente la presencia de cannabinoides con reactivos o equipos que permiten conocer de manera cualitativa si existe o no THC en la flor. Las flores CBD poseen menos del 1% en THC, pero al ser un análisis cualitativo saldrán positivas, sin importar lo bajo que sea su porcentaje. Esto hace vulnerable al consumidor. El error es que, no hay que identificar únicamente la presencia de THC, sino cuantificar a través de una Cromatografía Líquida de Alta Resolución (HPLC) para evidenciar que la flor posee THC por debajo del 1%, cumpliendo así con la normativa legal.

Como todo mercado, ha llegado un punto en que la flor se ha convertido en un commodity. Muchas veces el precio de compra está por debajo del precio de producción del cultivador. Hay empresas que no ven negocio y quieren cerrar. Al tener mucho stock, venden a un precio por debajo del de producción para tratar de recuperar la inversión de todo el inventario. Esto hace que las otras empresas productoras sufran mucho para rentabilizar sus negocios y seguir en el mercado.

Cuando nos vamos a países como España, la cosa es todavía peor ya que sólo se puede cultivar legalmente las variedades que están en el catálogo común de la Unión Europea. Estas variedades están hechas para producción de grano o de fibra, por lo que casi no contienen cannabinoides y no son interesantes para el cultivo de flor CBD.

Registrar una nueva variedad en el catálogo común de la Unión Europea es un trámite que dura años. Primero, se debe trabajar con una genética legal y luego, una vez estable y con óptima calidad, se la envía a la Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales (OCVV) donde le hacen pruebas agronómicas. Si cumple con la calidad y la legislación, será aceptada y agregada al catálogo común de la Unión Europea. Pasar por todo este trámite, puede llevar más de 5 años y la gente de negocios no está dispuesta a esperar este tiempo cuando tiene “oro verde” para explotar.

Las flores de CBD en España

En España, muchos agricultores son engañados por asesores que les venden la idea de un cultivo de CBD legal, que en parte es cierto, pero lo que no les dicen es que las variedades que van a cultivar no constan en el catálogo común de la Unión Europea, y que en realidad se trata de variedades no registradas que contienen altos índices de CBD y casi siempre superan el 0,2% de THC, que es el límite legal en España. Los asesores, que normalmente son los que venden la semilla y compran la flor, declaran que lo que el agricultor va a cultivar es una variedad registrada pero lo que entregan al agricultor son unas semillas con alto contenido en CBD, que no están en el catálogo y con muy alta posibilidad de superar el límite del 0,2% de THC permitido.

El problema radica en que el riesgo lo tiene el cultivador. Si la flor superara el 0,2% de THC, su plantación pasaría a ser un cultivo de marihuana al cual se aplicaría la ley de narcóticos y se le acusaría por ello.

Conclusión del mercado del cannabis

Mi conclusión es que, el mercado del cannabis es muy incierto y cambiante. Falta capacitación a nivel de cultivo industrial. También existen muchas barreras gubernamentales que deberían trabajarse para regularizar. El cannabis es una planta milenaria que ofrece múltiples beneficios y es consumida de todas las maneras, las más comunes incluyen: por inhalación, vía oral y vía transdérmica. El uso del cannabis es una realidad y su producción, procesamiento y venta deberían estar despenalizados y regularizados en todos los aspectos. Todavía hay mucho trabajo que hacer.